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Apoyo a los regímenes internacionales de proveedores

El control de las exportaciones es un instrumento con el que la comunidad internacional puede luchar contra la proliferación de las armas de destrucción masiva y de sus sistemas vectores. Dado el creciente número de Estados que disponen de capacidad industrial en el ámbito nuclear, es indispensable disponer de una disciplina común para controlar las exportaciones de los bienes más sensibles.

La Estrategia de la Unión Europea contra la proliferación subraya que los Estados miembros son muy favorables a « controles rigurosos de las exportaciones, realizados a escala nacional y coordinados a escala internacional ». El 28 de abril de 2004, la adopción por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la resolución 1540 (que forma parte del Capítulo VII) confirmó el valor del control de las exportaciones en el dispositivo internacional de lucha contra la proliferación, junto a los grandes tratados.

Los grupos de proveedores nucleares

El comité Zangger se constituyó tras la entrada en vigor del TNP para garantizar la aplicación del párrafo 2 del Artículo III del Tratado. Sus miembros definieron en 1972 reglas comunes (« Understandings ») para la exportación de los bienes contemplados en dicho artículo.

El Grupo de Suministradores Nucleares (NSG) nació después de la prueba nuclear de la India de 1974. Los principales países proveedores de equipos y tecnologías nucleares acordaron entonces unas "Directivas" (« Guidelines ») sobre las exportaciones nucleares, publicadas en 1978. Estos compromisos fueron la base del « Club de Londres », que se convirtió posteriormente en el NSG. Las Directivas son de aplicación puramente nacional y constituyen un compromiso político sin vinculación jurídica para cada miembro. Cada Estado miembro respeta listas de control. Gracias a una « cláusula escoba » (« catch all »), también puede controlar la exportación de un bien que no figure en la lista si considera que intervenir en un programa proliferante.

Grupo de Suministradores Nucleares :
Sudáfrica, Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bielorrusia, Brasil, Bulgaria, Canadá, China, Chipre, Croacia, Dinamarca, España, Estonia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Kazakstán, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Nueva Zelanda, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, República de Corea, República Checa, Rumania, Reino Unido, Rusia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania.

Nuclear and dual-use goods are submitted to NSG controls. Photo credit : Philippe Stroppa / CEA

Tras descubrirse el programa nuclear secreto de Irak, en 1991, los miembros del NSG completaron las Directivas con reglas sobre los bienes de doble uso. También adoptaron la regla de « control integral », que impide que los proveedores exporten a los países que no hayan cubierto todas sus instalaciones con las garantías del OIEA. Esta regla fue objeto, en septiembre de 2008, de una exención para la India. A finales de 2002, las reflexiones sobre la prevención del terrorismo nuclear culminaron con una nueva revisión de las Directivas. La prevención del terrorismo nuclear figura desde entonces en ellas del mismo modo que la no proliferación de las armas. Por iniciativa de Francia, el NSG también añadió en sus Directivas una disposición sobre la protección de las informaciones sensibles relativas al diseño de las instalaciones nucleares.

Por lo general, las reuniones del NSG tratan los problemas planteados por aplicación de las Directivas y la actualización de las listas de bienes nucleares y de doble uso. Los miembros se comunican informaciones relacionadas con los objetivos del grupo y las notificaciones sobre las denegaciones de los Estados miembros a las empresas. El NSG tiene 46 miembros.

Francia alienta particularmente los esfuerzos de transparencia del régimen. Se han entablado contactos con países no miembros.

Francia vela, además, por que la realización de los objetivos de no proliferación no obstaculice el desarrollo de cooperaciones legítimas en materia de uso pacífico de la energía nuclear.

Francia se compromete, por último, en pro de la adopción de criterios más firmes para las exportaciones de tecnologías del ciclo de combustible (enriquecimiento y reproceso), que son más sensibles porque pueden tener un uso civil y militar. A principios de la década de 2000, Francia y Rusia propusieron que se adoptara una política por criterios que permitieran autorizar las exportaciones de las tecnologías de enriquecimiento y reproceso sujetándolas a determinados criterios (en particular, el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de no proliferación). Actualmente se discute una modificación de las directivas del NSG (párrafos 6 y 7). La adopción de la política por criterios constituiría indudablemente la consolidación del régimen de no proliferación : permitiría asegurarse, efectivamente, de que el desarrollo del sector nuclear en el mundo no conlleva la diseminación de las tecnologías más sensibles del ciclo sino que beneficia a los países que lo necesitan realmente, que son capaces de recibirlas y que hayan firmado un compromiso a largo plazo respecto al régimen de no proliferación.

Régimen de Control de la Tecnología de los Misiles

En el marco de su acción para controlar la proliferación de los misiles
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, Francia participa activamente en la aplicación del Régimen de Control de la Tecnología de los Misiles (MTCR), en cuya creación participó, en el marco del G7, y donde lleva la secretaría permanente (punto de contacto) entre socios. Los países miembros del MTCR acuerdan criterios comunes de control de las transferencias de equipos y tecnologías de misiles que puedan utilizarse para equiparse con armas de destrucción masiva. Francia participó en la elaboración y evolución del anexo técnico del MTCR, que entró en vigor el 7 de abril de 1987, que presenta la lista de los bienes cuya transferencia debe ser controlada por los Estados.

A principios de 2010, el MTCR comprende 34 Estados miembros :

Sudáfrica, Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria, Canadá, República de Corea, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rusia, Suecia, Suiza, República Checa, Turquía, Ucrania.

Francia ha apoyado los esfuerzos de adaptación del MTCR a las nuevas amenazas, especialmente la amenaza terrorista. Por otra parte, manteniendo la prioridad del control eficaz de las exportaciones, los países miembros decidieron en 2003 incluir una « cláusula escoba » en las directivas del MTCR, que permite controlar la exportación de artículos que no figuran en la lista.

Reglamentación europea

A escala europea, el Reglamento n°428/2009integra las recomendaciones de estos distintos grupos, que a continuación son aplicables en el derecho nacional de cada Estado miembro. Gracias a la « cláusula escoba », ya se puede controlar la exportación de artículos que no figuran en una lista de control cuando éstos puedan estar relacionados con la fabricación de armas de destrucción masiva o se destinen a un país bajo embargo.

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Controlar la proliferación de los misiles balísticos

La proliferación de los misiles balísticos, vectores potenciales de armas de destrucción masiva, representa una amenaza desestabilizante para la paz y la seguridad, tanto a escala regional como internacional. Pero, desde principios de los años 90, el alcance de los misiles balísticos de algunos Estados (fuera de los Estados poseedores de armas nucleares) se ha incrementado rápidamente y de manera preocupante ; se realizan programas de desarrollo de misiles con la investigación sobre nuevas capacidades (misiles de etapas y propulsión sólida) ; se asiste a la multiplicación de pruebas de misiles. Además, se desarrollan nuevos vectores, en particular los vehículo aéreo sin tripulación y misiles de crucero, que se pueden utilizar como vectores de armas de destrucción masiva.

La acción de Francia se propone impedir esta proliferación de los vectores de armas de destrucción masiva.

▪ Francia ha apoyado siempre la idea de un Código de conducta para luchar contra la proliferación de tales vectores. El Código de Conducta de La Haya contra la proliferación de los misiles balísticos (HCOC) se ha convertido en el primer instrumento multilateral de lucha contra la proliferación de los misiles balísticos, logrando así llenar un vacío en el sistema internacional. Francia participó activamente en su elaboración. El Código es fruto de los trabajos del Régimen de Control de la Tecnología de los Misiles (MTCR), fue respaldado con una declaración del Consejo Europeo de Göteborg en 2001, por iniciativa francesa, y su texto definitivo fue adoptado por 93 Estados en La Haya, el 26 de noviembre de 2002.

El HCOC contaba con 130 Estados firmantes a mediados de 2009. El proceso de suscripción del Código sigue abierto porque aún no lo han firmado todos los Estados que tienen capacidades balísticas.

El HCOC plantea el compromiso general de restricción en materia de diseño, pruebas y despliegue de los misiles balísticos, incluso reduciendo los stocks nacionales, y no contribuir a su proliferación. El Código formula, además, un compromiso político firme para instaurar y respetar medidas de transparencia en forma de una declaración anual sobre los programas balísticos y espaciales, y de notificaciones previas de tiros de misiles y lanzadores espaciales. Por último, y es un punto importante, reconoce que no hay que privar a los Estados de utilizar el espacio a fines pacíficos, pero afirma también que los programas espaciales no deben servir para disimular programas balísticos.

El HCOC intenta por tanto intervenir en la demanda de vectores mientras que el MTCR se propone controlar la oferta de tecnologías. Al haber elegido una política flexible y no prescriptiva, el Código tiene la ventaja de dictar normas de conducta aceptables por todos sobre un tema que hasta entonces no había sido objeto de una auténtica reflexión internacional.

Francia apoyó firmemente el HCOC cuando ocupó la presidencia de la Unión Europea. Notifica previamente sus tiros de misiles y lanzadores espaciales. Junto a sus socios europeos, incita a todos los Estados que no lo hacen, especialmente Estados Unidos y Rusia, a que notifiquen previamente sus lanzamientos de misiles en el marco del HCOC.

 Francia también está presente en los demás foros internacionales en los que se trata la cuestión de los misiles (especialmente en las Naciones Unidas).

 Sin embargo, el régimen internacional de no proliferación no tiene todavía medios suficientes para luchar contra la proliferación balística : no existe todavía un tratado multilateral restrictivo que limite la posesión y el desarrollo de misiles o de determinadas categorías de éstos. Por eso, Francia se compromete, junto a sus socios europeos, a que se negocie un tratado que prohíba los misiles tierra-tierra de corto y medio alcance.