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Principios generales

« Promover un mundo más seguro para todos y crear las condiciones necesarias para un mundo sin armas nucleares, de conformidad con los objetivos del Tratado sobre la No Proliferación de las armas nucleares, de forma que se promueva la estabilidad internacional, y en base al principio de la seguridad sin menoscabo para todos »

Resolución 1887 adoptada por el Consejo de Seguridad el 24 de septiembre de 2009

Actuar en pro de la paz, consolidar la seguridad colectiva y avanzar hacia el desarme

Francia enmarca su acción en el texto de la Carta de las Naciones Unidas y en el respeto del derecho natural de legítima defensa, individual o colectiva, que consagra. Para ejercer este derecho, Francia da prioridad a las decisiones que concurren a la consolidación de la seguridad y estabilidad internacionales. Anima a todos los Estados de la comunidad internacional a actuar así y a avanzar hacia la mejora de las condiciones de la seguridad internacional y del desarme general y completo.

Siguiendo esta línea, Francia se ha negado siempre a participar en la carrera al armamento, sea cual fuere el entorno estratégico. En virtud de un principio de estricta suficiencia, el arsenal francés, garante de la credibilidad de nuestra fuerza de disuasión, se mantiene en el nivel más bajo posible compatible con el estado del contexto estratégico y la evolución previsible de la amenaza.

Francia siempre ha considerado que los avances en materia de desarme estaban vinculados a las evoluciones del contexto de seguridad internacional. Un clima internacional caracterizado por una bonanza de las relaciones entre Estados contribuye a facilitar el desarme. Por el contrario, cuando crecen las tensiones y las crisis, se tiende a ralentizar el progreso del desarme. Francia tiene la convicción de que no hay desarme sin seguridad colectiva y de que no hay seguridad colectiva sin desarme. Francia actúa con determinación para que se prosiga el encadenamiento virtuoso del desarme y la seguridad colectiva. Desea avanzar en todos los frentes con la misma ambición.

En primer lugar, esto significa trabajar para crear un contexto internacional más seguro, haciendo frente a los retos considerables y urgentes que afectan a nuestra seguridad –donde figuran en primera fila los Estados sancionados por las Naciones Unidas por haber incumplido sus obligaciones internacionales.

Nos impone también que avancemos todos juntos por la vía del desarme, sin limitar ni dividir nuestra reflexión y ambición. Tenemos que abordar múltiples retos : desarme nuclear, desarme convencional, desarme biológico y químico, el espacio.

Es indispensable, además, que el multilateralismo sea eficaz, porque está claro que cada uno de los retos actuales requiere respuestas globales, colectivas y coordinadas, lo que supone consolidar las instituciones y los instrumentos multilaterales, proseguir los esfuerzos para resolver las crisis regionales y profundizar el diálogo estratégico entre los principales actores.

Asestar un golpe definitivo a la proliferación

Gracias al TNP, la proliferación nuclear se ha contenido mucho hasta ahora. Se han celebrado congresos, en particular en la década de 1990 : renuncia al arma nuclear de los Estados de la ex URSS, cese de los programas nucleares militares de Brasil y Argentina, y adhesión de estos Estados al TNP, decisiones de Sudáfrica y Libia, en un contexto de sanciones internacionales y de apertura de diálogo por parte de Estados Unidos.

Sin embargo, el riesgo de proliferación de armas de destrucción masiva y sus sistemas vectores tiene hoy una actualidad distinta, como demuestran las crisis de proliferación iraní y norcoreana. Hay que añadir, además, el riesgo de que se utilicen armas de ese tipo en acciones terroristas.

Fiel al objetivo de desarme general y completo, Francia considera que es esencial asestar un golpe definitivo a este fenómeno, antes de que se cuestione la arquitectura global de la seguridad. Calificada como « amenaza a la paz y la seguridad internacionales » en la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del 28 de abril de 2004, la proliferación de las armas de destrucción masiva y sus sistemas vectores fragiliza los equilibrios de seguridad a escala regional y, más aún, a escala mundial. La lucha contra la proliferación requiere una indispensable política global.

« Frente a la proliferación, la comunidad internacional debe mantenerse unida y resuelta. Puesto que queremos la paz, debemos ser firmes con quienes infringen las normas internacionales. Pero quienes las respetan, tienen derecho a un acceso justo a la energía nuclear para fines pacíficos »

Nicolas Sarkozy, Presidente de la República, 21 de marzo de 2008.

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